La electroterapia trata las lesiones y las enfermedades por medio de la electricidad. Permite la neuroestimulación estimulando las fibras nerviosas que son responsable del movimiento, un tratamiento descontracturante para reducir el tono muscular y las contracturas y por fin un programa enforfínico que aumenta el flujo sanguíneo. Así, se emplea principalmente durante la rehabilitación de traumatismos del sistema nervioso o otras aplicaciones neurológicas. Aquellas técnicas que utilizan la electricidad con fines terapéuticos. Esta técnica forma una parte muy importante de los tratamientos de fisioterapia, pero hay que destacar que no se debe abusar de ella extinguiendo el resto de las técnicas que deben componer un tratamiento completo e integral. La electroterapia incluye la radiación ultravioleta local o general, las corrientes eléctricas, las ondas electromagnéticas, el ultrasonido, láser y otras técnicas. La aplicación de los diferentes tipos de corrientes eléctricas está muy extendida en la práctica clínica de la fisioterapia, existen numerosos tipos de corrientes eléctricas y las más usadas son las galvánicas, diadinámicas, interferenciales, tens, electroestimulación, microvoltaje, etc. A través de ellas conseguimos los efectos antiálgicos, antiinflamatorios, excitomotrices, que nos conducirán a un buen tratamiento de las patologías. Las ondas electromagnéticas forman parte de la electroterapia, se producen por la vibración simultánea de un campo eléctrico y magnético. En este apartado podemos encontrar la electromagnetoterapia, la magnetoterapia, las ondas de choque, buscando efectos antialgicos, reductores de tensión, regeneración tisular.